
Por lo menos no me nutro con las mismas formas que los turistas y me extraña ver en los mapas de propaganda de Jujuy, por ejemplo: el Altar de la Patria, la catedral donde se bendijo la enseña patria, la joya del púlpito y la milagrosa virgencita de Río Blanco y Pompeya... No, no se conoce así un pueblo, una forma y una interpretación de la vida, aquello es la lujosa cubierta, pero su alma está reflejada en los enfermos de los hospitales, los asilados en la comisaría o el peatón ansioso con quien se intima, mientras el Río Grande muestra su crecido cauce turbulento por debajo.
Che Guevara.
Queremos sacarle una foto a Verónica, sonríe con vergüenza y nos dice:
-Sólo aquí dentro, mi novio no me deja salir.
Es triste, pienso, ni ella se da cuenta de la injusticia que está aceptando.
Luego me subo a un bus con destino a Jujuy, dos mujeres conversan sobre sus familias, hablan de los hijos que tienen y de la nieta que desea una.
Le dice una a la otra:
-Yo lo único que quiero es que sea niñita, para que ayude un poquito.
Enumeran a los hijos,
Aquí ir a misa es fundamental, pasean a la virgensita todos los días durante el mes de Agosto por Purmamarca
( es el mes de la Virgen del pueblo y de la Pachamama).

Están todos evangelizados ohh si! Todos se sienten iguales al ser hijos de Dios!
Y claro si después de 11 intentos de conquista española en la Quebrada, los únicos que lograron cambiarles costumbres y conquistarlos al fin y al cabo fueron los jesuitas.
Estoy un poco enojada, mujeres en casa, cuidando niños, hombres festejando por las calles.
Realmente no deja de estar mal hecho el mundo!
Verónica se ríe de mi aventura, no entiende que ande viajando en moto y con un chico que no es mi novio.
Me dice: -Yo no podría subirme a esa moto! Que susto!
Luego voy a dar unas vueltas por la plaza, me encuentro con un grupo de niños jugando a la pelota, el más pequeño está sentado en la cuneta y abraza un chivito de unos meses.
Me siento a su lado le converso un poquito y a los minutos ya lo tengo apoyado a mi regazo.
Llega un segundo niño con una bandeja llena de mercancía que debe vender durante el día, no tiene más de 5 años.
Le pregunto un poquito y ya lo tego sentado a mi otro lado.
-Estoy cansado, no he vendido nada aún.
Le compro un prendedor altiplánico para colaborarle un poquito.
Sus ojos están cansados y me miran con nostalgia y admiración, como sabiendo que mi mundo está mejor hecho que el suyo.

Miro el cerro de 7 colores y suspiro.
Al menos viven en un lindo pueblo pienso.
Les falta cariño a estos chicos y claro si ya con 5 años son libres para estar un tanto lejos de casa, porque la madre debe estar estresada amamantando a los más pequeños.
Nada que hacer, pienso.
El refugio de la artesanía es lo que le queda a la mujer, posiblemente son las que sostienen el hogar.
Hoy hay más dinero en sus productos que en el trabajo que pueden hacer sus esposos, pero son pocos los que aceptan que sus mujeres trabajen.
Pero esto es un circulo vicioso, los niños en la calle, indolentes con los años, las mujeres en la casa con los quehaceres de hijos y hermanos.
Luego los chicos crecen, se casan por la iglesia, procrean, procrean y labor hecha!
Mientras tanto los turistas sacan fotos del niñito con su cabrita, le dan un dulce y se van a su hotel 5 estrellas.
Como quisiera que todos tuvieran unos ojos y un corazón más grande.
Estoy un poco triste... y aún nos falta tanto por ver… Uff!

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2 comentarios:
Primis, que alegría leer todo lo que han pasado. Los celebro desde acá. Para que se te quite la pena por esos chicos y mujeres, podrías buscar algo en google de la Ana María Spadafora. Habla de la mirada que tenemos los occidentales del desarrollo y de nuestra facilidad para espantarnos de lo que considermaos sub desarrollado, como los destinos de algunas de las personas que te ha tocado conocer. Cuando uno se saca el lente de blanco desarrollado, se da cuenta que en realidad no son más que otros caminos, con tantas brutalidades como las que nos toca vivir a nosotros, ni más nu menos. No son ni buenos salvajes (el bon savage del que tanto habla Levi Strauss) como dijeron en algún minutos los antropólogos ni cholos incultos como creen los blancos de allá. La gracia de hacer esos viajes tan de a pie, tan en contacto, es que, creo, uno finalmente logra igualarse con lo que visita, hasta perder la dualidad de ellos y nosotros, incluso instalarse en un diálogo en donde en realidad, se están "turisteando" mutuamente.
Soy la fan número 1 de este blog, está buenísimo.
Que siga todo tan bien
Claro! tienes razón en aquello! lo que idigna a veces es que nuestra cultura occidental, haya entregado más problemáticas a sus propias culturas, la evangelización!, que los llenó d epecados y de hijos!
En fin! compleja la cosa no? da para muchos análisis...pero muy cierto, el hecho de viajar con calma y en moto nos hace mas actores y menos observadores en el viaje que emprendemos.
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