
Las cholitas con sus polleras repolludas, tus trenzas con mostacillas y blusas de encajes, adornan la ciudad.
Los burros se cruzan por la carretera y los niños juegan con los chanchos.

Seguros de que podríamos tomar el tren desde Villazón y cargar la moto, regresamos de la estación con moto y equipaje, mirando el camino de ripio que teníamos por delante.
-Que hacemos?
Como buen paso fronterizo, Pierre pensó en los camioneros.
Fuimos a conversar con un grupo de ellos...
-Cómo está el camino? - preguntamos
-Pos, ahisito no más...cruzan unos ríos por ahí...piedras sueltasss...malo malo! ( nos cuenta un guatonsín bronceado de brazo Izquierdo y con la sudadera marcada).
-No, no no! esa moto pasa demás, bueno, bueno el camino, vayan vayan!(nos cuenta otro Argentino que lleva cebada a un pueblo vecino).
-Mmmno se...por allá puede ser, un poco por acá oyos, hasta Tupiza puede ser.(nos dice un Boliviano que le faltan todos los dientes del frente).
Shita que hacemos!
Probar no más! Hasta Tupiza al menos!
Asiesque tomamos la moto y nos encaminamos a la aventurilla.
Tacatacatac! saltos, oyos, piedras, polvo, ovejas, burros, cabras, camiones a mil y polvo, polvo, polvo y más polvo.
Ayayaisito!, trasten!,saltitos, tiquitic, tacatac!
Más saltitos! , oyo, piedras sueltas, las mochilas que se caen, sed, olor a polvo…
Al fin! Lo logramos! Llegamos a Tupiza!
Como empolvados llegamos y disfrutamos por un par de días de esta grata y linda ciudad.
Alguien hizo alusión al nombre con la pizza y resultado: sólo restaurantes de Pizza!
Pero están buenísimas!
Además después de tanta aventura, bajón de hambre.
Y bueno, luego de la reposición de energías a retomar el viaje! (Nuestro destino es Sucre).
Por lo tanto, rehaciendo maletas nuevamente, llenar el estanque, un litro de agua y adiós Tupiza!
Ripio nuevamente! Otra vez, tacatac, tacatacatac, burros, cabras, campesinos, polvo y más polvo, ojos secos, boca seca, tacatac, ripio, piedras, piedrotas, piedritas.
A medio camino topamos con un pueblito, lleno de lomos de toro invisibles! Y cataplúm!
Tanque de aceite roto!
Aquí nos quedamos… que hacemos?...20 casas a la redonda…
Pero …pero…no contábamos con don Jorge, gran mecánico!
El mecánico del pueblo, estudioso, sacó su titulo en Argentina y junto a su señora han puesto una pequeña posada caminera .
Comemos un pollo reponedor, mientras don Jorge analiza la moto.
Luego de un par de horas, trabajo listo y eficiente!
Ha parchado la moto y nos ha salvado de la desgracia.
Para añadir suerte, el padre Orlando Peña, oriundo de Colombia nos santifica la moto!!, así porsiacasito un poquito de agua bendita no le hace mal a nadie.
Así es que con moto santificada y parche de primera seguimos viaje en dirección a Potosí.
Sigue el ripio, hoyos, saltitos y el cansancio nos inunda, comemos polvo y más polvo!
Uff cuándo terminará este ripio! (un campesino que arrea sus burros nos dice que falta poco para el asfalto…).
Pero seguimos con las piedresitas que saltan alrededor de nuestros zapatos y mueven las ruedas de un lado a otro, seguimos saltando y comiendo polvo por un rato…
Por fin encontramos el asfalto!
De pronto vislumbro unos rayos a lo lejos, uff tormenta eléctrica!
Lluvia y mucho frío! Estamos a mucha altura!
Esta sí que ha sido aventura!, las manos congeladas, mojados hasta el calcetín y aún sin llegar a Potosí…
Pero por lo visto falta poco, estamos en altura…
¡A unos kilómetros encontramos el camino a la ciudad! ¡Qué alegría!
Al fondo ya podemos ver la enorme montaña de plata, de esta ciudad pobre y ya carente de mineral.
Sus calles desbordantes de historia, dejan ver a una ciudad que disfrutó de riqueza y hoy se ve socavada por el imperialismo de las grandes potencias del consumo.
Construcciones ricas por su arquitectura, trabajos en madera en sus balcones, posadas que en alguna época fueron de ricos, hoy ofrecen trigo mote y un par de chuletas de cerdo delgado.
Potosí, como muchas otras ciudades de Bolivia, conserva su cascarón.
Se vive en el siglo antepasado, sus mineros trabajan con cincel y martillo, como para lograr la anestesia del trabajo y conformarse con los 15 bolivianos por día.
Sólo una bola de coca en la boca aminora su sufrimiento, la fuerza de la costumbre y la poca visión de mundo que se encargan de no mostrarles los grandes señores gringos que dominan la ex gran montaña de plata, hacen que su trabajo sea visto por ellos como un destino fatal, como el de sufrir en vida las desgracias del infierno .
Un país con tanta riqueza histórica, arquitectónica, de materias primas, inundado en la pobreza.
Se han aprovechado de su nobleza, le han chupado su mineral y le han matado a su gente.
¿Acaso les llegará su recompensa?
Esperemos que al menos los mandatarios Sud Americanos hayan resuelto alguna red de colaboración más concreta y Bachelet se haya pronunciado en la UNASUR.
2 comentarios:
Por Dios que está bueno el blog! pero insisto en los registros gráficos de la gastronomía!! me muero de curiosidad por saber las delicias con las que se han topado! Cómo quedó esa moto después del camino de tierra?
le meilleur de la fortune, mes chers courageux
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